Yo, el Rey, recorrido histórico de la figura de la monarquía en el arte

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Más de 200 piezas en cuatro núcleos temáticos dan cuenta del poder, sus representaciones y la riqueza estética que floreció al amparo de las altas sociedades de España y el virreinato, en la exposición Yo, el Rey. La monarquía hispánica en el arte.

Durante un recorrido por esta muestra que reúne piezas de grandes artistas como Goya y Velázquez, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, señaló que esta exposición permite entender el recorrido histórico de la figura de la monarquía en el arte y su relación.

“Tenemos obras de Piccolo, de Pantoja de la Cruz, de Velázquez, de Goya, provenientes de museos mexicanos, de colecciones mexicanas y extranjeras y museos españoles”, apuntó el titular del Conaculta.

Acompañado por María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes; Agustín Arteaga, director del Museo Nacional de Arte (Munal), y el curador Abraham Villavicencio, el presidente del Conaculta celebró que esta muestra incluya piezas emblemáticas, gracias al marco de cooperación que se estableció con el Museo del Prado, el Museo Lázaro Galdiano y las Colecciones Reales del Patrimonio Nacional, de España.

Tovar y de Teresa celebró que en este momento tres exposiciones permitan a los mexicanos conocer el arte islámico, su influencia en Europa, las grandes figuras del Renacimiento, como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, hasta llegar a la representación de la monarquía española y su influencia en México, en un perímetro de unos cuantos metros ubicados en el Centro Histórico, como son el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el Museo del Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arte.

“Esta exposición es interesante particularmente porque se ve la evolución de la idea de poder, cómo se representa en España, en la gran monarquía transcontinental, el encuentro entre dos mundos cuando se descubre América y se crea el gran imperio español”.

Agregó que la muestra tiene una colofón acerca de cómo se proyectan en México estas mismas formas estéticas durante la época virreinal.

Rafael Tovar y de Teresa recordó que la monarquía española en su sentido más moderno arranca con Carlos I, rey de España y emperador de Alemania, quien  tiene como hijo a Felipe II y de donde parte la dinastía hasta los Habsburgo, que concluye cuando el último descendiente de ellos no tiene hijos, y entran los Borbón a España.

También vemos cómo en el siglo XIX hay una continuidad en nuestro país, muy a la mexicana, en el emperador Agustín de Iturbide, del cual hay retratos en esta muestra, así como de la emperatriz Ana María Huarte, y cómo posteriormente con el emperador Maximiliano se  representa  su presencia en México con el arte, señaló.

Yo, el Rey, dijo, permite entender la historia de España y a través de ella entender la historia de México, a través de obras trascendentes como un retrato de Fernando VII de Goya, basado en el retrato original de Carlos V, de Tiziano, que se quema en el Palacio del Retiro, del cual Pantoja de la Cruz deja testimonio.

“Si hay algo que nos permite a los españoles y a los mexicanos comprendernos son las historias mutuas, y son historias totalmente vindicadas; es muy difícil entender contextos y circunstancias si no es a través del espejo de lo que cada una de ellas significa”, destacó Rafael Tovar y de Teresa.

En el recorrido se pueden conocer referencias a través de las piezas de los mitos fundacionales de la monarquía, el fortalecimiento de la imagen de autoridad de los reyes a través de obras artísticas, así como los vínculos eclesiásticos, todo ello a través de los núcleos: La herencia iconográfica del pasado antiguo; La efigie real. Recursos plásticos y retóricos; La monarquía mesiánica y el imaginario religioso, así como Ecos de la monarquía en el México independiente.

El curador Abraham Villavicencio dijo que tras la guerra de sucesión por el trono entre 1700 y 1714, que concluyó con la llegada de los Borbón, se crearon las reformas borbónicas que  introdujeron el retrato político, con lo cual la sobriedad de las pinturas de los Habsburgo fue reemplazada por el gusto cortesano y galante.

«De este periodo resalta la imagen de Felipe IV en armadura de gala, pintado por Gaspar de Crayer, así como obras de Jean Ranc de Felipe V y Fernando VI niño».

Sobre el terreno religioso mencionó que uno de los principales fundamentos políticos de la monarquía hispánica fue el papel del rey como salvaguarda de las almas, por ello se construyeron capillas dedicadas a los reyes, se crearon armaduras con la imagen de la Virgen María en su escudo y en los retablos de las iglesias abundaban las imágenes de los reyes canonizados en el cielo.

El curador destacó otras obras de la exposición, como los cuadros de Felipe IV y Mariana de Austria, realizados en 1655 por Diego Velázquez; el retablo del cardenal infante Fernando de Austria, de Justus Sustermans, y la obra de gran formato Conversión de San Francisco de Borja, realizado en el siglo VIII por un autor desconocido.

Yo, el Rey. La monarquía hispánica en el arte se presentará del 1 de julio al 18 de octubre en el Museo Nacional de Arte, ubicado en Tacuba 8, Centro Histórico, Delegación Cuauhtémoc.

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